Este post es una mini reflexión veraniega en torno a un titular de ayer de El País, edición del País Vasco, que recoge una ¿propuesta? del alcalde Odón Elorza tras la celebración de las fiestas donostiarras. Inevitable decir que me encuentro aquí pasando unos días maravillosos de sol, mar, familia y fiestas. El titular reza así: “Elorza insta a una reflexión ciudadana para mejorar la Semana Grande.” Es magnífica la idea, de hecho debería aplicarse –no como idea sino como ejercicio práctico- para solicitar opinión a los ciudadanos sobre todas las fiestas. Qué digo sobre las fiestas, habría que aplicarla a toda la política municipal. Qué digo, en realidad habría que emplearla… sí, en toda la acción pública, que no debería ser sometida a consulta a escrutinio únicamente cada cuatro años. Los ciudadanos tienen, tenemos, mucho que decir del día a día a nuestros gestores. Algunos hasta puede que tengan propuestas de interés que ofrecer o compartir. Tan solo hay que bajar un poco a la calle, ofrecer espacios de participación y, lo más difícil, escuchar a otros. Tres cosas que configuran una compleja ginkana para la mayoría de los políticos. ¿Una buena idea, Odón, o un buen titular?
Archivo de la etiqueta: Opinión
Programa cultural, programa, programa
Programa cultural, programa, programa.
No sé si Trinidad Jiménez –a quien tengo el placer de conocer- o Tomás Gómez leen este blog. Aunque sé que algunos de sus compañeros de partido lo hacen, dudo que sigan de cerca el mundo de la cultura, sobre todo el pequeño, el que se ocupa de la gestión y la política cultural. Más o menos lo mismo pasa en los otros nidos políticos en los que se ubican los pronto candidatos a regir los destinos políticos en ayuntamientos y comunidades autónomas. Lo que ha pasado, lo que está pasando en Madrid es la más clara prueba de que lo que ocupa y preocupa a los políticos profesionales es el acceso y/o el mantenimiento en el poder. Ni una sola de las intervenciones que estos días se han producido en los medios plantean ni remotamente diferencias que tengan que ver con el programa electoral. Y así, la búsqueda de sintonía –votos- con los ciudadanos se articula en torno a las “caras” de los candidatos y sus supuestas posibilidades de triunfo. Me dirán que los contenidos vienen después, pero no. Las ideas son lo que mueve el mundo y lo que permite ilusionar e implicar a los ciudadanos. La política no es un espectáculo. Aunque lo parezca.
En las anteriores elecciones me invitaron a acudir a las presentaciones de los candidatos socialistas para la acción cultural y, como siempre acepto las invitaciones, acudí. En ambas salí antes de terminar los actos, por la apabullante carencia de programa que pudiera ilusionar a las gentes de la cultura y a los ciudadanos. Una pequeña ristra de propuestas mal hilvanadas y una catarata de críticas contra la gestión de los “otros” no bastan para generar adhesiones. Menos entusiasmos. Parece que habrá que aprovechar para que en cada comunidad autónoma, en cada ayuntamiento, el propio sector elabore una propuesta cultural y la entregue en bandeja a quienes habrían de aplicarla. Probablemente solo sirva para cohesionar al propio sector, que no es poco. Es una propuesta en la que me animo a participar.
Archivado bajo General, Gestión cultural, polémica, Políticas culturales
«Maquillar» el arte: cultura y dinero privado
Hace unos meses visité la ciudad de Venecia, esa belleza anciana, enferma y sublime. Una de las cosas que me sorprendió fue la presencia de grandes anuncios publicitarios en algunas de las edificaciones artísticas más relevantes que ocultaban con ellos sus obras de reforma y rehabilitación. De hecho, la fotografía que acompaña este post oculta el Puente de los Suspiros del Palacio Ducal con un gigantesco anuncio de Choppard.La empresa privada, cada vez más necesitada de publicitar sus mensajes en nuevos soportes, contribuía a buen precio a las obras de adecentamiento y maquillaje de la “vieja dama” de la laguna: una vez más esa pareja que relaciona desde hace siglos el dinero privado, la empresa, y la cultura. Algunas sensibilidades se sienten profundamente molestas por ello.
Probablemente sentirían todavía más que el peso de los impuestos extraordinarios, necesarios para mantener en vida el arte histórico, cayera sobre sus espaldas individualmente. Porque la parte más sensible de la sociedad exige que los bienes culturales sean cuidados y defendidos, pero probablemente el coste real de ese mantenimiento resultaría disuasorio para las arcas públicas en un mundo que cada vez mira más al futuro y menos al pasado.
El problema de fondo no es tanto que la empresa privada intervenga en la financiación de algunas políticas culturales públicas. El problema es que debe establecerse un marco preciso, legal en el que esa intervención se produzca y beneficie a las partes, a la vez que se mantiene en el puente de mando el interés público. El patrocinio, el mecenazgo dan un espacio para que el dinero privado colabore con fines públicos sociales y culturales. Dan un espacio para que mejoren la visibilidad, la imagen de las empresas a cambio de reforzar su compromiso con la comunidad.
Archivado bajo Gestión cultural, polémica, Políticas culturales
Preparar el futuro, antes de que nos dé alcance
Cada mañana nuevas noticias sobre la extrema dureza de la situación económica alientan la intranquilidad y la desesperanza de los ciudadanos. Lógico, cuando los cambios en curso incrementan su inseguridad y empeoraran sus condiciones de vida y de desarrollo social. La cultura, que hasta hace apenas un año era una actividad asumida en buena medida por el estado, está siendo lanzada a la intemperie sin periodo de aclimatación previo.
Las gentes de la cultura susurran, cuando lo que deberíamos hacer es gritar. Y, sobre todo, trabajar en nuevas direcciones, más autónomas, que permitan la subsistencia del talento creativo y de las empresas que se dedican a ello. A partir de ahora serán las propias fuerzas de cada organización cultural las que garanticen su supervivencia en el medio y largo plazo. La innovación, la búsqueda de nuevos espacios de negocio basados en las propias fortalezas, el establecimiento de modelos de relación con los públicos sin intermediarios, y, sin duda, la reconversión como sector, son tareas urgentes, inmediatas. La reconversión, malhadada palabreja, que tal vez tenga el aspecto positivo de romper con la larga adolescencia/dependencia en la que una parte del sector ha/hemos vivido desde hace años. Hagámosla nosotros, siempre será mejor.
Archivado bajo Políticas culturales
¡Menos Cultura que es la Guerra!
¿Os acordáis de aquella memorable escena de Los hermanos Marx en el Oeste? Pues eso, pero sin gracia alguna. El Gobierno ha decidido que contra la crisis en que nos hemos visto embarcados en buena medida por banqueros irresponsables y empresarios de construcción especuladores –y, cómo no, porque alguien muy poderoso se lo ha permitido- hay que adelgazar la administración para recortar presupuestos, también en cultura. Más madera.
Y así, la Biblioteca Nacional ha dejado de ser una dirección general y se ha suprimido la asesoría cultural en Moncloa. En el primer caso, Milagros del Corral se quejaba amargamente de ver la reducción de perfil de la BN; en el segundo, ha pagado el pato una brillante gestora cultural, Marifé de Santiago, y su equipo. Incluso los productores audiovisuales, tan bien tratados por la ministra cinemotógrafa hasta ahora, afilan sus armas ante los recortes anunicados.
De nuevo los bárbaros nos recuerdan que la cultura no es relevante en la configuración de la identidad y la historia de un país. De nuevo la cultura convertida en moneda de cambio, y además de perra gorda, para ¿mejorar? la imagen de quienes deciden en política.
Archivado bajo Gestión cultural, polémica, Políticas culturales
La programación de los teatros públicos
El Avaro del Centro Dramático Nacional nos está saliendo caro. Vaya por delante que admiro a Juan Luis Galiardo. Me parece uno de nuestros grandes actores. Y además lo tengo por amigo. Vaya también por delante que Jorge Lavelli me parece uno de los grandes directores de escena actuales. Las cosas como son. Ahora bien, lo que me parece impresentable es que el Centro Dramático Nacional sea escenario de un desembolso desmesurado –un millón de euros, según El País– en la puesta en escena del Avaro, un clásico… francés.
Ya, ya sé que Moliére es un clásico mundial. Pero, ¿por qué desde el Centro Dramatico Nacional se asume ese mensaje de gasto tan claramente desmesurado para los tiempos que corren? No importa tanto si en el presupuesto han colaborado instituciones públicas como la Junta de Andalucía o la de Extremadura: el dinero sale del mismo lugar. AL hilo de este estreno se me ocurren varias preguntas más. Por ejemplo, ¿porqué el CDN y no la Compañía Nacional de Teatro Clásico, que parece más lógico? ¿O parecería también estupendísimo que Eduardo Vasco montara un Belbel, por poner otro ejemplo inverso? Malos tiempos para la lógica. Malos tiempos éstos en que un responsable político parece tomar sus decisiones basándose en sus gustos o en sus relaciones y sin tener que rendir cuentas ante los ciudadanos de sus excesos.
Archivado bajo artes escénicas, Gestión cultural, polémica, Políticas culturales
¿Cuál es el papel del Centro Dramático Nacional?
¿De qué hablamos cuando decimos promover la cultura? ¿Es el papel del Centro Dramático Nacional estrenar autores extranjeros, aunque incluso ni siquiera sean autores de teatro? ¿Quién decide y con qué criterios, la programación del principal teatro público español?
Hablo con Rafael Herrero, más conocido por su papel como director de La Mandrágora o sus trabajos televisivos relacionados con el teatro, y autor él mismo, de su inclusión en el Ciclo SGAE de Lecturas Dramatizadas. Al colgar el teléfono constato, una vez más, el miserable papel que al autor español contemporáneo le otorgan las instituciones: el papel de olvidado transparente.
No es ya que las empresas y teatros privados, busquen en Broadway, en el cine, y en cualquier caso en el extranjero, la mayor parte de los autores cuyas obras van a montar. Eso, al fin y al cabo, pertenece a la empresa y sus responsabilidades culturales, aun debiendo ser muchas, son hoy muy poquitas. Lo grave, preocupante, denigrante llegaría a calificar, es que los teatros públicos hagan tres cuartos de lo mismo. Lejos de su papel de promotores de la cultura española actual, en los teatros públicos se buscan “novedades” a menudo teñidas por la rendición a la autoría extranjera.
En apenas unos meses en el Centro Dramático Nacional se han estrenado obras –novelas versionadas, por cierto- de Bram Stoker (estupenda adaptación de Ignacio García May) e Irene Nemirovsky. El último estreno es del autor Tom Stoppard. Bertold Brecht en el Valle Inclán con una enésima versión de Madre coraje, El próximo, Moliére (otro “avaro”, por dios). Y entre medias un nuevo autor español –fallecido, eso sí- Lorca y sus Bodas de sangre. José Ramón Fernández, Juan Cavestany, Francisco Sanzol y Francisco Nieva son los únicos cuatro vivitos y coleando que estrenarán en toda la temporada. Cuando lees en la web del CDN que está dedicado en “especial a la autoría española actual”, el deseo de estar lo más lejos posible de “su” lectura es insuperable. Ah, qué sana envidia el Projecte T6 del Teatre Nacional de Catalunya.
Archivado bajo artes escénicas, Gestión cultural, polémica
Presentación del blog cultural de Robert Muro
El leit motiv de este blog cultural, de cuanto cada entrega aporte, es la comunicación, el debate, la reflexión compartida sobre la cultura y el devenir de la gestión de lo cultural.
En él irán apareciendo mis opiniones, las ideas que la lectura o el seguimiento de la actualidad cultural me generen. Es, digamos, mi espacio más crítico y más urgente y, por lo tanto tal vez teñido de carencias, de los suficientes matices, de la necesaria gama de colores. El formato lo permite. Y lo que espero es que sea un lugar en el que contrastar mis opiniones con las de otras gentes que estáis interesadas en lo mismo que yo: la marcha de la cultura, el papel en el devenir de la sociedad, de las relaciones humanas; sobre todo su papel en contribuir a que la vida emocional e intelectual de los ciudadanos sea cada vez más rica.
Las políticas culturales, la programación, la relación entre lo público y lo privado, la necesaria profesionalización de la gestión cultural, el futuro, la comunicación…, serán temas que aparecerán sin duda en la vida de este blog. Su duración depende de que cumpla con su papel de relacionar gentes inquietas. Rechazo profundamente el exhibicionismo como repudio la vanagloria; pero necesito compartir y comunicarme. Está dicho.
Archivado bajo General






