¡La que se ha armado por la designación de Donostia como capital europea de la cultura para 2016¡ Incorregibles. La tendencia, tan tan española, de clamar por lo menos relevante y callar ante lo trascendente, se expresa perfectamente en esta cuestión.
Curiosamente, la voz de Antonio Basagoiti, dirigente del PP vasco, al que escuchaba esta mañana en la radio, ponía las necesarias gotas de cordura y de inteligencia. No es un triunfo de Bildu ni un regalo para los abertzales. Es un enorme éxito de todos los donostiarras, encabezados por el “ex” Odón Elorza. Es una oportunidad de oro para proyectar al mundo una maravillosa ciudad –que también es un poco mía-, de contar a los cuatro vientos la verdadera esencia de un pueblo universal y abierto, que hace unos años comenzó a tirar por la borda el miedo que tantos años impuso el nacionalismo más violento y reaccionario. Sí, también puede ser un momento en que los más cerrados y excluyentes defensores de lo propio aprovechen para hacer ruido e imponerse sobre los valores vascos por antonomasia. Pero es un riesgo que la democracia corre siempre, por su esencia. Esto no pasa en las dictaduras.
No valorar las virtudes y ventajas de Donostia era, como decía Basagoiti, castigar doblemente a los donostiarras, que tienen gobierno Bildu en minoría. Y además, remataba el líder popular, estas críticas desmedidas contribuyen a reforzar el victimismo de los nacionalistas.
Estoy razonablemente convencido de que Juan Karlos Izagirre, el nuevo alcalde, sabe que utilizar mal esta oportunidad, que emplearla política y sectariamente en su favor, sería cavar su propia fosa. Los donostiarras saben que esto es de todos, y no de unos pocos. Y pueden aprovechar esta irrepetible oportunidad para mostrar que los vascos tienen algo hermoso e interesante que aportar al mundo; o para utilizar al mundo una vez más como el escenario de las quejas de algunos. Pero sinceramente, creo que si quieren convertir en 2016 la capital cultural de Europa en la aldea gala de Asterix, lo llevan claro.
NOTA 1: Una estupenda decisión, que despejaría además todas las dudas, sería ofrecer a Odón Elorza la dirección de la ejecución del proyecto de capitalidad cultural hasta su realización.
NOTA 2: entrad en la web de la candidatura. Interesante: “Olas de energía ciudadana” y “Cultura para la convivencia”, son sus lemas.
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Me gusta escuchar lo que dices Robert, ya que parece que siempre debe hacer ruido el hincha con la camiseta puesta desdeñando lo inteligente y razonable para quedarse con los colores.
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Gora Donostia y la cultura que ha de ser independiente de los vaivenes políticos.
Jo, que bien lo que dices, lo que reflexionas, Sr. Muro…
hola roberto: ongi etorri donostia para el 2016. tu comentario del muro me ha servido para ejemplificar en una ponencia sobre gestion cultural, la necesidad de que cultural sea un´dialogo, una relación entre las personas y las colectividades, de que esté en contacto con la sociedad y con la ciudadania, con ser el interlocutor de lo que la sociedad demanda, sobre todo acá en Mexico en nuestra institucionalizada participacion cultural. Gracias por tus comentarios y tus aportaciones que en el Congreso de Productores Escenicos en la Ciudad de Mexico, siempre abrian espacio para la discusion y para poner en práctica otros modelos de gestar, consumir y acercarse a la cultura. Saludos.
Hola Robert:
Sigo tus artículos normalmente, porque me encanta la forma de comunicar
que plasmas en tus escritos. Vivo hace 48 años en San Sebastian, y amo esta ciudad como si hubiera nacido en ella, aunque no reniego en absoluto
a mi Rioja querida.
Una alegria inmensa recorrió mi cuerpo cuando fue elegida como capital
cultural. Intuyo que va a ser muy positivo no solo para los donostiarras, sinó para todo Euskadi. Que nevas olas de paz, nos recorran a todos.
Tengo que dar las gracias por la comprensión y la sintonía. No es un tema fácil éste en el que tantas sensibilidades se encuentran. Y parece que coincidimos en percibir la parte buena y la luz, frente a la desconfianza y la sombra. Abrazos.