SGAE 2. ¿Para qué sirven los autores?

¿Puede una sociedad sobrevivir sin autores? Probablemente sí, al menos lo que se entiende por sobrevivir. Seguramente nada hubiera cambiado si en las viejas paredes de Altamira nadie hubiese pintado preciosos bisontes. Nada si no dispusiéramos de la Mona Lisa, de Bach, Cervantes o Goya. Pero hoy muchas personas sabemos que la salud de una sociedad se expresa no solamente mediante los niveles de consumo o de longevidad. Ni siquiera el consumo de arte expresa la salud del alma de un pueblo. Ha sido una victoria alcanzar el consenso formal de que el desarrollo de una sociedad se expresa de una manera diáfana por el nivel de sus creadores, por la importancia real que cada sociedad da a sus autores. Hoy sabemos que los autores permanecen y transmiten a otros lo que somos y sentimos. Por eso son tan importantes.

¿Por qué, pues, se discuten tanto e incluso se cuestionan los derechos de autor y la propiedad intelectual? ¿Por qué está bien visto que alguien no pague lo que la ley marca en concepto de derechos para el autor de una fotografía, un libro, una película o una melodía? ¿Por qué nos excusamos en los excesos de los intermediarios –las sociedades de gestión– y olvidamos que quienes crean tienen derecho a cobrar por sus creaciones?

Algo malo ocurre cuando muchos ciudadanos alardean de bajarse de internet documentación sujeta a derechos defraudando con ello a su autor. Algo malo ocurre cuando está bien visto coger la fruta del árbol que otros han plantado y cultivado solamente porque está a mano y nadie nos ve.

Hay otra razón, aportada por los tiempos actuales que explica parcialmente esta situación: la confusión entre creador y consumidor. En la red todos colgamos contenidos sin cobrar por ello. Todos somos, de algún modo, “creadores”. Pero esta es una confusión interesada que oculta o minimiza que el arte requiere talento y que el talento precisa cuidado, atención, dinero, alimento. Hoy el todo vale, el peso de lo inane, amenaza con ocultar lo sublime.

La crítica teoría del progreso esbozada sobre todo por Walter Benjamin, pero expresada en la obra de autores como Lang, Orwell… dibujaba un futuro en el que siempre estaba ausente la cultura y el arte. Una ausencia clave en una visión negativa del mañana. Lo mismo hace el cine de ciencia ficción que quiere imaginar cómo será el mundo en el futuro (recuerden el modelo Waterworld). ¿Se han fijado en que en todas ellas, los autores, y por extensión el arte, no existen? ¿Estaremos pagando ya hoy esa última factura?

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8 comentarios

Archivado bajo Gestión cultural, polémica

8 Respuestas a “SGAE 2. ¿Para qué sirven los autores?

  1. Avatar de David David

    Yo diría que el cuestionamiento de los derechos de autor es, por una parte, una consecuencia derivada de una cultura popular (la de España) que no cree que ser «artista» sea una profesión si dicha palabra no se escribe con mayúsculas. Pero también es consecuencia de eso que se ha dado a conocer como «picaresca española», donde la consecución de productos y servicios a coste cero es una de sus máximas.

  2. Por qué? pregunta el señor Muro. Quizás por los excesos cometidos en su nombre? Quizás por el desaguisado de la sociedad que gestiona dichos derechos? O quizás la respuesta esté en el primer comentario que ha surgido a raiz del post, en el que se mezcla o se confunde artista con autor? Es lo mismo ser autor que artista? Evidentemente no, pero nos hacemos un lío.
    Quizás porque mucha gente no entiende que alguien pueda coger Romeo y Julieta, hacer un refrito cambiando cuatro detalles y algunos nombres, en un rato, registrarlo en la sociedad de turno y a partir de ahí recaudar el 10 % de lo ingresado por taquilla (en algunos casos el supuesto autor de esta versión de Romeo y Julieta cobra más que cualquiera de los actores, bailarines o músicos que estén cada día ensayando y representando la función…)
    O quizás lo que ocurre es que falta un poco de pedagogía y explicarle a la gente lo que son los derechos de autor y porqué hay que cobrarlos (porqué no los cobra un arquitecto y si un escritor, porqué no los cobra un iluminador o un director de cine y si un músico)
    Malos tiempos para la lírica, en suma (ups, quizás debería pagar derechos por usar este verso…)

    • Estoy seguro de que coincidimos en que ningún exceso previo justifica otro en respuesta. El valor de la ley, en democracia, es superior, y solamente puede cambiarse, ni más ni menos. Otra reflexión que me sugiere el comentario anterior es el de la necesidad de hacer pedagogía y explicar más a las gentes las razones de los derechos de autor y la propiedad intelectual. La diferencia clave en nuestro entorno jurídico es que muchas profesiones -algunas incluso relacionadas indirectamente con el arte (los iluminadores)- cobran por el trabajo realizado porque responde a un encargo previo. Sin embargo los artistas en plantilla no existen (gracias a los cielos) y los encargos previos con compromiso de pago son mínimos. Así, los creadores crean y esperan que su obra guste y que el mercado les recompense después. A veces mucho después. Muchas veces nunca. Por eso los derechos afectan a este ámbito y no a otros. Por eso la remuneración de los arquitectos no depende de que su obra guste o no, que es lo que ocurre a los autores. Lo que pasa es que los autores cobran si se le pagan sus derechos, que es su remuneración dilatada en el tiempo. Sí, malos tiempos para la lírica. Desde luego para los que la crean; y también para muchos de los que la disfrutan.

      • Discrepo, Sr. Muro. Conozco más de un autor que ha cobrado por adelantado por escribir una obra que luego se ha representado (previo registro del autor en la Sgae) y de la cual el autor a vuelto a cobrar (o al menos la Sgae) ha recaudado por ello un jugoso 10 % de la recaudación en taquilla. En ocasiones (casos que podría enumerar llegado el caso) la autoría en cuestión se ha limitado a adaptar un clásico en un par de jornadas de trabajo… Nada que objetar. Si te pagan un buen dinero por unos días de trabajo y además luego la Sgae te liquida por lo que genere en taquilla «tu» obra, miel sobre hojuelas, pero eso de que la remuneración depende de que guste… en fin. En el caso de un centro público de producción, por ejemplo, el autor cobra aunque no se estrene la obra (con todo el derecho del mundo, por supuesto, pero no torzamos la realidad). Un saludo.

  3. Efectivamente, intentemos no torcer la realidad…, al menos demasiado. Porque tomar la parte por el todo no favorece aclarar el conjunto. Claro que habrá autores como los que señala, pero globalmente no representan salvo un ínfimo número. Claro que habrá adaptadores chapuzas, no lo dudo, pero un clásico no se adapta en un par de jornadas…, y para hacer un buen trabajo de adaptación es preciso mucho, pero mucho recorrido previo. Por último, otro detalle relevante: los autores, en general, no cobran por crear, sino por lo que venden, y en ese sentido su remuneración vendrá dada por el número de veces que su obra se ha vendido, es decir, de que guste. Este es un tema inagotable, sobre el que además se establecen argumentos muy encendidos e intensos. Le aseguro que intento por todos los medios distanciarme y desapasionarme. Un saludo y encantado de charlar.

    • Avatar de Maguil Maguil

      Muy buen debate, me pusieron el caso del arquitecto en alguna charla que sobre el tema he dado en asociaciones de vecinos..que no entienden se les cobre por la «megafonía» de la fiesta de su barrio o calle…se ha hecho poca pedagogía, está claro. Al menos en España, en otros lugares no tienen tan mala imagen las organizaciones «recaudadoras» de los derechos, las gestoras de esos derechos son menos conocidas para la sociedad.
      Un arquitecto recibe un encargo, lo hace, se le pagan -antes bien, ahora mal- y el riesgo estético -creo que los arquitectos son creadores- no influye de forma decisiva en su devenir económico. Pero un autor de cine, teatro, novela…cuadros, un creador…está ligado económicamente a la opinión y crítica artística que genera su obra, en la mayoría de las ocasiones. Por eso es importante concienciar a la sociedad de que si queremos arte, creación, necesitamos creadores que puedan ejercer profesionalmente su vocación y talento («cada hombre un artista»). ¿Excesos? muchos. No es de recibo que se pasen cantidades al cobro como las expuestas estos días por parte de bares, peluquerías, discotecas…quizá haya que regular este tema como el estado regula el precio de los autobuses interurbanos, las subidas de la electricidad…y, desde luego, romper el monopolio de recaudación, que las cuentas sean auditadas anualmente…como pasa en las grandes ONGs, por otra parte…ha habido una dejación de funciones por parte de los ministerios de cultura, desde 1996…un paisano mío -soy vallisoletano- como secretario de estado de Cultura en 1996, entró diciendo que iba a «meter en cintura a la Sgae» ¿lo hizo? No. Ni él ni sus sustitutos…del PP y del Psoe.
      Claramente hay que diferenciar la recaudación «industrial» -por copia o difusión masiva por medios de comunicación- de la «artesanal», en directo (artes escénicas en vivo)…la primera la ha de regular Industria y la segunda Cultura…todo lo demás es marear la perdiz…o llevar el gato al agua!! tanto da…salud.

      • Siento discrepar de nuevo. Pero es que la realidad supera con creces el planteamiento teórico que se expone para defender los derechos de autor. No se puede desligar el abuso en la recaudación de la falta de legitimidad que la sociedad española atribuye a los derechos de autor. Una cosa ha contribuido notablemente a la otra. Cuando un cantante-compositor, por poner un ejemplo, cobra una buena -más que buena-cantidad de dinero por cantar en las fiestas de un pueblo, considero que están pagados él y su talento y su creatividad. No es de recibo que además del costos caché pagado luego aparezca la SGAE pidiendo un 10 % del montante del contrato (que ha de pagarse también de los prespuestos municipales) para «el pobre autor, que come de lo que escribe»… por favor! Si lo escribió hace 10 años y lleva cobrandolo, y bien cobrado, desde entonces… Mientras no se regule todo esto, no vamos a conseguir que la sociedad española cambie su opinión sobre los derechos de autor y cómo se están gestionando. Y todo esto sin menoscabo de la legitimidad de que han de existir los derechos de autor. El asunto es el «cómo».

  4. Pingback: Autores todos: OS QUEREMOS!!!! (aunque a veces no lo parezca) | el blog cultural de robert muro

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