¡Abre la muralla! Mujeres y arte; teatro y género

La creación artística hecha por mujeres, aún siendo tan relevante, está sometida hoy –y probablemente todavía por largo tiempo- al modelo masculino de creación. En consecuencia, dispondrá de menor presencia y reconocimiento sociales. El modelo masculino se relaciona con el poder, con el tipo de temas y conflictos que aborda (casi siempre “públicos”, “intelectuales” o “importantes”), con lo que hay que hacer para ser acogido en los cenáculos donde se toman las decisiones. Lejos, en fin, del modelo diferencial de las mujeres, que busca dimensiones, temas y conflictos más humanos, a veces íntimos, siempre con las personas en primer plano.

Nadie piensa, o al menos defiende, que el arte tenga género, es decir que por el hecho de ser hombre o mujer se sea mejor o peor artista. Nadie lo dice pero, como decía mi madre: nadie ha robado el burro pero el burro no aparece. O, por decirlo de otro modo, las mujeres siguen representando una exigua minoría en el arte. Y es que la toma de decisiones y la capacidad de influencia sigue mayoritariamente en manos de hombres: críticos, estudiosos, académicos, productores, conservadores, directores…

Lo verdaderamente importante y negativo de esta situación es que la mirada artística de la mitad de la población no está bien representada en los circuitos, en los museos y galerías, en los teatros… Nos es hurtada al resto. Las mujeres, la sal de la tierra (¿recuerdan esa impresionante película?), pueden regalarnos menos su forma de ver y entender el mundo; y con ello también se aminora su capacidad de transformar la realidad.

Lejos de las recientes polémicas sobre el lenguaje sexista –porque lo importante es lo que ocurre en el interior de los hablantes, en sus domicilios, en sus lechos, en los cuartos de planchar…- un día como el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, sigue teniendo sentido para el arte. En este mes de marzo, que tantas y tantas actividades se programarán en torno a este tema, Teatro del Alma también participa. La compañía de Paloma Pedrero, de cuya producción nos encargamos en elmuro, trae a Madrid –a Tribueñe y al Conde Duque- el reestreno y la temporada de En La Otra Habitación, pura esencia de mirada femenina, esa parte tan inhabitual en los escenarios.

Reivindicar la mirada de las mujeres sobre la vida es reivindicar la diferencia, no la igualdad. Los seres humanos debemos ser iguales en derechos. En el arte es la diferencia, la originalidad, la verdadera aportación.  Y en esto no puede haber neutralidad ni simpatías de género. Aristocracia en el arte, pero aristocracia abierta de par en par a las mujeres creadoras.

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3 comentarios

Archivado bajo Cultura, General, Opinión

3 Respuestas a “¡Abre la muralla! Mujeres y arte; teatro y género

  1. Sr Muro, que interesante y profunda reflexión. «La mirada «artística» de la mitad de la población no está bien representada en los circuitos galerias teatros…las mujeres nos transmiten menos su forma de ver y entender el mundo, y con ella su capacidad de transformar la realidad» . Reemplaze usted «artística» por científica, empresarial, política, o cualquier otra dimensión, expanda el ámbito espacial por cualquier otro que le venga a la mente ( salvo, que curioso la Universidad…pero ya se sabe, quien entra en la Universidad sale del mundo, y por tanto dificilmente lo puede transformar)

  2. Al hilo de esto recomiendo la visión del documental «Las sabias de la tribu», emitido en La 2 de TVE.
    http://eseinstantefugaz.blogspot.com/2012/03/las-sabias-de-la-tribu.html

  3. Avatar de elvalorylarisa elvalorylarisa

    Admiro la lucidez de Paloma Pedrero, su generosidad y su implicación en los temas y las formas que trata en sus obras. Creo en la necesidad de las miradas lúcidas de mujeres y de hombres para que sigamos creciendo sin escondernos lo que todavía no nos deja convivirnos y respetarnos en igualdad. Y no creo tener nada claro lo que compone «lo femenino» o «lo masculino». Oigo hablar de la presencia del lado, toque, componente, gusto… femeninos. Pero no creo que esté nada claro qué compone una cosa y la otra. Quizá alguien pueda responderse a esto con claridad pero creo que basta sondear nuestro entorno inmediato (no digamos ya en entornos alejados o ajenos) para darnos cuenta de la cantidad de matices y divergencias en torno a qué es lo esencialmente femenino o masculino para cada cuál. Por supuesto que usos sociales, costumbres familiares, rasgos heredados y condicionamientos genéticos determinan varias diferencias pero ya de entrada el debate de heredado o aprendido sigue sin cerrarse (¿se concluirá algún día?) Y a ello, cada biografía personal va arrojando tal cantidad de experiencias, conclusiones y contradicciones particulares que al final tal cantidad de excepciones pueden llegar a confirmar pocas reglas (reglas también aprendidas socialmente, por cierto). Por último, y yendo a lo concreto… ¿de verdad podemos asegurar que sin conocer el/la autor/a de algunas obras artísticas siempre sabríamos determinar si lo escribió un hombre o una mujer? ¿o podemos asegurar sin asomo de duda que una determinada obra sólo podría haber sido creada por una mujer o por un hombre? ¿Cuando estamos disfrutando una obra de arte de verdad la disfrutamos más desde nuestra sensibilidad femenina o masculina? Y, lo más importante… ¿de verdad necesitamos estas distinciones para ver, hacer, gozar, trabajar… vivir en igualdad? yo, personalmente, espero que algún día no lo sean. Digo sí a la igualdad y a la diferencia pero no a las diferencias compartimentadas, etiquetadas y, en último caso, inevitablemente jerarquizadas. Como en esa frase que seguro habéis escuchado alguna vez queriendo apuntarse un tanto en pos de la igualdad «hay que reconocer que las mujeres nos superan en casi todo.»

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